sábado, 30 de agosto de 2014

JONÁS.VIAJE DE UN DÍA CUALQUIERA


La primera promoción de egresados de Artes Escénicas de la Universidad Científica del Sur presenta Escena Sur. Un espacio donde los futuros egresados de esta Escuela podrán presentar sus óperas primas. Ergo, evidentemente, Escena Sur se convertirá en un gran vitrina de nuevos talentos; el lugar perfecto para presentar el resultado de cinco años de estudio teórico y práctico. Se deduce que estas obras deberán ser el fiel reflejo de la profesionalidad y la calidad artística que persigue el alumno de la Científica del Sur. 

Si analizamos el programa de mano, notamos que las dos obras que se presentarán en esta primera edición: Jonás. Viaje de un día cualquiera de Daniel Iriarte y Proyectobjeto de Luciana Calvimontes cumplen con los requisitos de una presentación académica es decir, de recientes egresados universitarios−, pues tienen objetivos claros y utilizan formatos y géneros teatrales no tradicionales. Jonás explora muy eficientemente, como analizaremos enseguida el vodevil; un género cómico de fines del siglo XIX y comienzos del XX, que mezcla el burlesque (caricaturización que abusa de la parodia y la pantomima), la música, el baile, el show y el contenido sexual o erótico. Proyectobjeto sigue el camino trazado por Desde afuera y utiliza el teatro testimonial para promover la reflexión sobre la violencia contra la mujer.


Jonás. Viaje de un día cualquiera, escrita y dirigida por Daniel Iriarte, es una comedia inteligentísima; la primera evidencia del poderoso talento de este joven dramaturgo; y una deliciosa brisa que intenta renovar la comedia limeña. En efecto, estamos acostumbrados o bien a las comedias de enredos, basadas en la palabra; o bien a la farsa, donde las protagonistas son las acciones y las situaciones grotescas. Esta comedia, a través de la exploración del vodevil, nos brinda una experiencia completamente diferente. Jonás (Santiago Castillo) es un profesor y padre de familia que ha sido tentado por Virginia (Andrea Chávez), una compañera de su hija Lía (Cristina Renteros), que busca “congraciarse” con él para que le suban… la nota; el conflicto se desata cuando Jonás comienza a confundir a su esposa Ady (Natalia Bonifaz) con Virginia. Vemos que la historia es sencilla, pero como sabemos, lo más importante no es la historia, sino la forma en que se pone en escena. 

Comencemos con los aspectos más evidentes. Las influencias de la televisión, los dibujos animados, el cine, el claun, el comic se perciben con rapidez. La obra tiene dos interludios musicales. El primero anuncia el problema que vivirá Jonás al confundir a su esposa con su alumna. El segundo marca la disminución del clímax, luego de que Jonás se entrevista con la Dra. Macarena (Luis Coloma). Como vemos, ambos son necesarios para el desarrollo de la historia. Y no podía ser de otra manera, pues la música es el pilar que da coherencia y unidad a esta comedia; no en vano, Carlo Tapia, con el piano, acompaña casi todos los movimientos y desplazamientos de los personajes.  Llegamos a la primera idea: la música, tanto el piano como los interludios, organiza todos los recursos que utiliza Daniel Iriarte y le da forma al vodevil. 


Luego está el componente cognitivo. La obra nos conduce a otro mundo, al mundo de Jonás, a un mundo donde gobierna “la magia de la mente”. Esta comedia no solamente es brillante y sugerente, sino que es contestataria, produce conocimiento en el espectador, lo educa. A través de elementos simples, lo conduce por un laberinto de signos y significados. Durante la función, el público se preguntaba por tal acción o personaje, pero no porque la obra fuera difícil de entender, sino porque estábamos ansiosos de descubrir lo que seguía. Cada acción y cada diálogo eran una sorpresa; no hay nada más emocionante que la mezcla del humor y la inteligencia. Pero esto no es todo, la comedia tiene tintes psicológicos, el dilema de Jonás adquiere un tono estremecedor por la inteligencia del texto y la atmosfera que se construye escena. 

Otro elemento importante es la capacidad del director para actualizar y manejar un género del que no se tienen ejemplos cercanos. Daniel actualiza de una manera eficiente el vodevil, por eso, a pesar de la aparente atemporalidad que percibimos, notamos que los personajes son muy actuales. En esta línea, quizás, el personaje mejor logrado sea Ady, una ama de casa del siglo XXI, amante de los tutoriales online, que derrocha humor, frescura y mucha, mucha sensualidad. En resumen, estamos ante una obra genial y cautivadora. Y por eso, no podemos dejar de decir lo siguiente. Creemos que esta comedia podría extenderse un poco más, sobre todo, si consideramos que el cierre no está al nivel de la las escenas anteriores. Toda la obra es un despliegue de sorpresas, inteligencia y humor. La escena en la que Jonás visita a la Dra. Macarena es muy poderosa, revela todos los prejuicios que escondemos de una manera más que brillante, y creo que me quedo corto. De modo que, luego de una escena así el cierre debería ser aún mejor, pero no lo es. El desenlace es muy simple en comparación al resto de la obra. Sin duda, esta última acotación es un halago a una de las comedias más inteligentes que he visto.