domingo, 19 de julio de 2015

RATSODIA


Rapsodia tiene dos significados. Es el nombre de los pasajes de un poema épico, especialmente en la obra homérica. Y también es el nombre de una composición musical que está conformada con fragmentos de otras obras. A partir de estos conceptos se puede iniciar una reflexión sobre Ratsodia, la última creación colectiva de Casa Espacio Libre. Cada día nos sentimos más cerca de Espacio Libre y comprendemos mejor su poética y su propuesta teatral. Quizás por ese motivo, sintamos que Ratsodia condensa las principales características que propone la poética del grupo. Un teatro que dialoga con la realidad, donde la reflexión nace del humor y de una vertiginosa conexión entre distintos discursos, personajes y motivos. Todo ello apelando a los más variados recursos dramáticos, que equilibran performance y palabra.

Ratsodia se parece a los cantos épicos recitados por los rapsodas griegos, porque es el canto de una civilización despreciada, pero íntima y cercana: las ratas, que buscan liberarse del yugo humano. Este canto de liberación se compone a través de distintos elementos. Se utilizan fragmentos de otras obras artísticas; pero, lo más importante, se utilizan distintos discursos, voces, motivos, escenarios, personajes. Así, una de las principales características de la poética de Espacio Libre se aprecia con claridad. Muchos elementos se aglutinan a través de una secuencia dramática, y con la ayuda de distintos disparadores; para dar cuenta de lo que siempre es el inicio de toda creación artística: lo que sentimos respecto de lo que nos rodea.

El canto de las ratas es una denuncia que devela la verdadera naturaleza de los seres humanos. Por ese motivo, en Ratsodia −una oda para curar el insomnio−, los juegos simbólicos son muy dinámicos. Este canto de las ratas oprimidas debería ser recitado en espacios como el Congreso, los Municipios, los bancos. Lugares donde las ratas más peligrosas, impregnadas de poder, son portadoras de un virus mucho más dañino que la peste bubónica. Pero también debería ser recitado en plazas, colegios, hospitales; porque las ratas también sufren exterminios y esterilizaciones forzadas. Las ratas, como muchos grupos humanos, son indeseables y su voz jamás será escuchada por los poderosos. Por estos excesos humanos y por mucho más, en Ratsodia, ellas emprenden la revolución, la guerra contra los seres humanos. Y tienen un gran plan, nos han estudiado, conocen nuestras limitaciones y nuestros excesos. ¿Podrán derrotarnos?


Lo que a través de estas líneas se siente acartonado, en vivo es una ebullición de experiencias. En donde, como de costumbre en Casa Espacio Libre, es imposible separar la risa de la indignación, la ironía de la ternura. Sería ocioso nombrar los aspectos que aborda esta obra, ya que es una explosión de reflexiones y sentimientos. Estamos ante una profunda reflexión artística sobre el poder. La creación colectiva la realizaron Karlos López Rentería y Javier Quiroz y la dirección estuvo a cargo Diego La Hoz. En el acogedor espacio de la Casa, la obra funciona muy bien, todos los juegos de voz, que dan vida a diferentes discursos y personajes, se perciben con claridad y acompañan los movimientos y desplazamientos. El reto, como hablábamos ayer con Valeria –amiga de Espacio−, es adaptar la obra a otros espacios. Estoy seguro que esto no será un problema para Karlos y Javier, quienes además de manejar un amplio espectro de técnicas dramáticas, también manejan la dramaturgia en general, como queda comprobado en esta obra.