Curandero-Limpia escénica es un proyecto multidisciplinario que combina el performance y el
arte visual con la teatralidad; por eso, más que un acontecimiento dramático,
es una experiencia visual y sensorial. Esta obra, proyectada por el colectivo
Angeldemonio, fue dirigida por Ricardo Delgado y el único actor en escena fue
Augusto Montero.
Cuando entramos a la sala,
un joven está limando unas tijeras de dansaq.
En escena vemos distintos objetos: una carretilla; un platillo con huevos; la
máscara de un perro peruano, colgada en la pared, en el centro de la sala; partes
de muñecos: cabezas, brazos y piernas (parecen del niño Jesús); un cubo largo de
vidrio, lleno de agua; sábila, colgada del techo; un gran costal. Inmediatamente
asociamos todos estos objetos al mundo de la curandería. Y, al mismo tiempo,
entendemos que estamos en el mercado, espacio donde este tipo de prácticas
culturales (curandería) adquieren sentido y tienen vigencia.
En varios momentos de la
representación se escuchan sonidos, voces, alboroto de cláxones y gritos. El protagonista
habla muy poco, principalmente, transmite sus emociones a través del uso y
manejo de los distintos objetos. Al parecer no sucede mucho; sin embargo, sí
existe una historia: una historia de amor, contada por el grupo de cumbia Karicia:
«como la mañana que al mirarme sonreíste y mi vida se alegró... noche tú que
comprendes mi tristeza y también mi soledad...». El joven curandero sufre
mucho, todos sus movimientos y acciones, y la intensidad de su voz delatan una
insondable pena.
A partir de esta historia
de amor y recurriendo al misterioso universo de significación de la curandería se
construyen imágenes muy sugestivas. El curandero realiza la danza de las
tijeras, se columpia en la carretilla, se coloca la máscara del perro peruano y,
al sonido de la cumbia del grupo Karicia, recrea lo popular, usa el huevo para
curar al público y curarse a sí mismo… Evidentemente, los objetos son
protagonistas, sobre ellos recae la intensidad de la acción.
Esta
puesta en escena evidencia que el mundo mágico-popular peruano es un excelente
catalizador de emociones. Angeldemonio nos recuerda la propuesta de las
vanguardias: más que representaciones busca construir imágenes que cautiven los
sentidos antes que la razón. El objetivo es conocer el sufrimiento y dolor del
curandero, pero a través de emociones inconscientes. Curandero-Limpia escénica es un proyecto
interesante, pero utiliza la curandería solo como un pretexto, en vez de aprovechar
su poder simbólico, sincrético y cognoscitiv
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