viernes, 15 de noviembre de 2019

LOS TUPAC AMARU 1572-1827


Luego de leer Los Tupac Amaru 1572- 1827 de Omar Aramayo, es imposible no odiar a España, pero, sobre todo, no odiar la forma en que nació la república del Perú: negando todo reconocimiento y derecho a los elites indígenas en aras de una supuesta igualdad ciudadana que nunca llegaría. Los europeos no iban a aceptar jamás que existieran reyes indianos, y los criollos y mestizos tampoco.

El suplicio de los Tupac Amaru, recreado por Aramayo, permite imaginar lo descabellado que pudo parecer la propuesta de San Martín… ¿Una monarquía constitucional?, ¿un Inca como rey? Hay cosas que jamás podrán ser, al menos no en esta era occidental de la historia. No por nada los retratistas aclaran la piel de San Martín, cuando a sus espaldas sus adversarios políticos lo llamaban “negro”, palabra que hasta hoy tiene una carga peyorativa y racista en Argentina.  


Los Tupac Amaru puede ser vista como una novela histórica. Sin embargo, a mi entender, eso no es relevante. Poco importa si los hechos que narra son verídicos o no, si se exageran o no; incluso, no interesa si estamos ante una ficción debidamente documentada… Pues el compromiso de verosimilitud que asuma el lector con la novela dependerá de su ideología, de su idiosincrasia, de las ideas más profundas e inmarcesibles que haya forjado a lo largo de su vida.

La novela describe el proceso revolucionario indígena más importante de la historia y los vejámenes inenarrables con que respondió la corona española. Estamos ante una historia épica, de dimensiones colosales. Es una gran novela, que aspira a la totalidad. Además, bebe de la tradición oral. Esta conduce el decurso de los hechos históricos, apelando a un lenguaje poético y arriesgado. Por eso, a quien no conozca verdaderamente esta veta de nuestra literatura, le será muy difícil abordar este gran proyecto narrativo de Aramayo. Su obra aspira a la trascendencia, no es un libro para neófitos.


En ese sentido, Los Tupac Amaru es una novela fundamental. Permite comprender la naturaleza de la relación entre lo occidental y lo andino, y los elementos implicados en esa problemática: la religión católica, el problema de la tierra, el sentido de la aristocracia en el Perú, la minería, el proyecto de nación, la naturaleza del racismo, las connotaciones de la palabra indio —las cuales, es necesario recalcar, se reconfiguran luego de conocer de cerca la gesta de los Tupac Amaru— y muchos otros aspectos más que escapan nuestro análisis. A su vez arroja muchas preguntas: ¿Desapareció todo vestigio de esa elite indígena liderada por los Tupac Amaru en 1821, año de la independencia peruana?, ¿queda algún rastro de esa liminal aristocracia indígena precursora de nuestra “independencia” y de un proyecto de nación para el Perú? De cara al Bicentenario, es necesario leernos en Los Tupac Amaru, porque nos recuerda las fisuras gracias a las cuales supervive este país.
 

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